Plaza San Nicola incluye el área frente a la Basílica, que también está dominada por el Museo, la Iglesia de San Gregorio y el Pórtico de los Peregrinos. El arco de Angevin, que constituye una de las tres entradas posibles desde el centro histórico de Bari a la Cittadella Nicolaiana, se llama así en honor a Carlos II de Anjou. La devoción particular de Carlos de Anjou a San Nicolás es bien conocida, una dedicación que lo llevó a hacer de la Basílica su capilla real.
Entre la Iglesia de San Gregorio y el Arco de Angioino, desde 2003 se puede admirar una imponente estatua de bronce que representa a San Nicolás. La estatua, con una doble inscripción en ruso e italiano, es un regalo de Vladimir Putin a la Ciudadela de Nicolaiana en nombre del pueblo ruso.
De particular interés durante la visita al exterior de la Basílica es la llamada Puerta de losLeones, situada junto a la Torre de las Milicias. Escenas de guerra, motivos rurales y religiosos están grabados en el portal. Es probable que la batalla representada, que ocupa una parte significativa de la parte superior del portal, sea una de las batallas de la Primera Cruzada, en la que Boemondo d’Altavilla derrotó milagrosamente al líder musulmán Kerbogha gracias a la aparición en el campo de batalla de un ejército de santos. La probable referencia a esta batalla nos permite fechar el Portal aproximadamente entre los siglos XI y XII.
El edificio que se encuentra frente a la Basílica, en el lado opuesto de la Piazza San Nicola, se llama «Portico dei Pellegrini», aunque sea incorrecto: en realidad, el hospicio donde se alojaban los peregrinos mientras visitaban la Cittadella Nicolaiana estaba ubicado en otras habitaciones. El Pórtico fue probablemente el hogar de algunos nobles griegos en el siglo XI, y hasta 1928 se convirtió en un complejo de casas particulares.
Hoy en día, el Pórtico, después de las recientes restauraciones, se utiliza como sala de conferencias y para organizar exposiciones.